Eugenio Burzaco, el nuevo ministro de Justicia y Seguridad porteño, confirmó que la Ciudad contará con los equipos y habrá cursos de capacitación para los agentes. 

 

El uso de las pistolas Taser está generando grandes polémicas en todo el mundo. 

Los defensores de estas armas afirman que “no son letales” y hay que incorporarlas a las fuerzas de seguridad como “una innovación” a la hora de controlar situaciones de agresión y hacer “el menor daño posible”. En nuestro país, el caso del cantante Chano Charpentier (quien sufrió un brote psicótico y fue herido por un grupo de efectivos) junto con el asesinato de la policía en la línea C del Subte, reabrieron este pedido de algunos sectores de la política.

Sin embargo, organismos de derechos humanos alertan que pueden causar graves daños, (incluida la muerte) y proponen prohibir su utilización.

Cómo implementará el Gobierno de la Ciudad el uso de las Taser

En Argentina, el Gobierno Nacional aprobó que la Ciudad de Buenos Aires compre 150 de estas armas, para comenzar a utilizarlas a lo largo del año 2023. 

“Queremos tener brigadas para poder operar en todo el territorio, y en estaciones de trenes y de subtes, donde el uso de la taser es fundamental”, aseguró Eugenio Burzaco, ministro de Justicia y Seguridad porteño.

“Esperamos que esto también cambie la dificultad que muchas veces tiene el policía en usar el arma de fuego. O en una agresión que no es con arma de fuego, pero que termina con la vida del policía, como cuando atacan con un cuchillo o una faca y el policía no sabe bien cómo reaccionar”, afirmó.

El funcionario agregó que los efectivos tendrán una capacitación especial. “Vamos a dejar de usar el arma de fuego en situaciones difíciles, lo que implicará menos balas perdidas, y también una herramienta para no poner en riesgo sus vidas”, concluyó. 

Cómo funcionan las pistolas Taser

Estos dispositivos transmiten una descarga eléctrica con el objetivo de inmovilizar a una persona y lograr su inmediata detención. En su prospecto explican que “cuando alcanzan al agresor, le provocan hasta 19 contracciones musculares por segundo, inmovilizándolo de manera inmediata”.

A su vez, indican que “el individuo jamás pierde el conocimiento”, lo que permitiría poder escuchar las órdenes del oficial. 

Además, poseen dos formas para utilizarlas: a distancia, lanzando un dardo o apoyándolas directo sobre la piel de la persona en cuestión. 

Las críticas al uso de pistolas Taser

Un informe del Instituto Latinoamericano de Seguridad y Democracia (ILSED), explica que es erróneo considerar a las Taser como ‘armas no letales’.

“Esta definición puede dar lugar a su uso indiscriminado y en cualquier tipo de contexto”, remarca el estudio. “Se ha demostrado que involucra un incremento no solo de los casos de tortura, sino también de las muertes de personas desarmadas, implicando graves violaciones a los derechos humanos”, añadieron.

Este argumento fue respaldado por Amnistía Internacional al realizar un relevamiento sobre el uso de este artefacto en Estados Unidos. Allí demostraron que de 334 personas muertas por las Taser (entre 2000 y 2007) solamente 33 portaban armas y sólo cuatro eran de fuego. Es decir, más del 90% de las víctimas fatales estaban desarmadas.

Por su parte, el Comité contra la Tortura de la ONU, declaró que deben estar prohibidas para los guardias de prisiones, ya que pueden ser utilizadas como instrumentos de tortura, al no dejar marcas visibles.

Desde el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) se elaboraron varios reportes que intentan profundizar el eje del debate en Argentina, y proponen que “antes que discutir la incorporación de más armas” debería estar en discusión el modelo integral de uso de la fuerza de las Policías. Es que incluso en varios países, las armas letales son utilizadas únicamente por fuerzas especiales. 

Al seguir existiendo decenas de casos de gatillo fácil y abusos policiales en “un modelo que promueve el uso excesivo de la fuerza”, explican que cualquier arma puede ser un problema, “aunque sean consideradas como ‘las menos letales’.

Hay quienes sostienen que se trata de una medida de marketing político que obtendrá nulos resultados para la seguridad ciudadana. En efecto, actualmente existen 31.900 policías de la Ciudad, la compra de 150 pistolas alcanzaría para un arma por cada 212 efectivos.

El debate del uso de las Taser continúa latente en todo el mundo, y la Ciudad de Buenos Aires experimentará su aplicación este año.